Tras ir poco a poco adaptándome a los horarios y a la vuelta a la rutina, llegó la hora de ir metiéndome un poco más en serio.
Estos primeros diez días han sido de tanteo, pero eso no quiere decir que hayamos estado perdiendo el tiempo ni mucho menos. Más bien lo contrario: hemos hecho un calentamiento global de músculos... y de neuronas; y yo personalmente he descubierto una variante del rugby que desconocía, el rugby tag, a lo que se une mi primera experiencia en el mundo de la orientación. También tuve tiempo de pegarme unos chapuzones en la piscina y empezar a "descubrir los secretos" de un mundo poco conocido para mí como es la natación. Para finalizar, hacer una mención a nuestra primera sesión de atletismo, un deporte en el que me muevo un poco mejor pero sabiendo que aún me queda mucho por aprender y mejorar especialmente en la ejecución de movimientos.
En definitiva, este arranque ha sido un anticipo de lo que nos espera en los próximos meses que prometen ser fructíferos y sobretodo divertidos.