lunes, 27 de abril de 2015

Introducción al judo

¡Hola a todos!
Estamos metidos de lleno ya en la última evaluación de este curso, en la que vamos a iniciarnos (la mayoría) en un deporte nuevo, el judo.
Surgido en Japón de la mano de un antiguo practicante de jiu jitsu, Jigoro Kano, este deporte significa "camino de la flexibilidad o de la suavidad". Es una deporte de lucha en el que en su especialidad olímpica se incluyen maniobras tales como las proyecciones, los barridos, las luxaciones, las estrangulaciones, etc. Si bien en su práctica integral incluye golpeos, aprovechamiento de diferentes puntos de presión... etc por lo que es muy concurrido por miembros de fuerzas de seguridad y/o militares entre otros colectivos.
Centrándonos en su aspecto meramente deportivo, podemos afirmar que es un deporte muy purista, y relativamente reciente, que apenas ha experimentado cambios desde que el maestro Kano lo creara hace algo más de un siglo. Resulta muy recomendable en edades de formación ya que requiere de un nivel de coordinación muy elevado y es por esto que resulta muy útil para potenciar esta capacidad en niños y jóvenes. Tanto es así, que está reconocido por distintos organismos como el deporte más completo para edades de formación.
"La Unesco declaró el judo como el mejor deporte inicial formativo para niños y jóvenes de 4 a 21 años, ya que permite una educación física integral, potenciando, por medio del conocimiento de este deporte, todas sus posibilidades psicomotrices (ubicación espacial, perspectiva, ambidextrismo, lateralidad, lanzar, tirar, empujar, arrastrarse, saltar, rodar, caer, coordinación conjunta e independiente de ambas manos y pies, etc.) y de relación con las demás personas, haciendo uso del juego y la lucha como elemento integrador-dinamizador e introduciendo la iniciación técnico-táctico-deportiva de forma adaptada; además de buscar un acondicionamiento físico general, idóneo.
Asimismo, el COI (Comité Olímpico Internacional) lo considera el deporte más completo y que promueve valores como la amistad, la participación, el respeto y el esfuerzo por mejorar, a similitud de la natación y la gimnasia artística" (información extraída de Wikipedia).
El judo se puede practicar en cualquier superficie blanda, pero lo ideal es hacerlo sobre una plataforma especial llamada tatami, de forma cuadrangular de 6x6 u 8x8, más otros 3 metros a mayores de perímetro por razones de seguridad.
Existen dos tipos de trabajo en el judo: el judo pie, y el judo suelo. En el primero, el objetivo principal es derribar al oponente logrando que caiga al suelo con la totalidad de espalda. En el segundo, el objetivo principal es inmovilizar al adversario teniendo este la espalda totalmente pegada al suelo; así como estrangularlo o luxarle el codo, si bien estas dos últimas opciones no se practican en edad escolar por lo peligrosas que pueden resultar.
Como he mencionado en las primeras líneas de esta entrada, el judo es un deporte muy purista, que ha experimentado muy pocos cambios. Una prueba de ello es la terminología que se usa cuando se habla de esta actividad, son todos vocablos japoneses (por ejemplo "Tori" y "Uke" son los luchadores que ejecutan y reciben una acción respectivamente; "Hajime" y "Mate" son las voces que ordenan comenzar y finalizar una acción... etc) y un buen número de términos que publicaré en próximas entradas.
Me despido momentáneamente dejando una fotografía de un lance de un combate entre los dos máximos exponentes de este deporte: Kyuzo Mifune y Jigoro Kano.



domingo, 26 de abril de 2015

El feedback y sus tipos

¡Hola! A continuación voy a redactar una breve entrada en la que hablaré de las distintas formas de feedback según distintos criterios.
Pero antes de nada... ¿qué es el feedback?. Podríamos definirlo como una información que un alumno recibe durante y tras la realización de una tarea, referente a ésta. Es por tanto, un instrumento que un profesor ó técnico utiliza reiteradamente en el día a día. También se conoce como retroalimentación.
Pero existe también otro tipo de feedback: el que el propio organismo nos proporciona, la llamada propiocepción, proporcionada por diversos receptores ubicados en las articulaciones, los músculos, el aparato vestibular, los sentidos... etc, que nos muestran un esquema mental a nosotros mismos sobre lo que estamos realizando por medio de las sensaciones (es muy común escuchar a deportistas de élite hablar de sus sensaciones).
No obstante, cuando hablamos de feedback casi siempre se nos viene a la cabeza la forma externa del feedback, es decir, el que se recibe a través de una fuente externa, principalmente un profesor o un entrenador.
Para acabar, existe una clasificación de este feedback según el momento en que se proporciona:
- Feedback sincrónico. Es aquel que se proporciona durante la ejecución de una tarea, al momento.
- Feedback rápido. Es aquel que se transmite transcurrido un breve tiempo desde la ejecución de una tarea.
- Feedback retardado. El que se transmite tras un tiempo considerable (incluso días). Este último ejemplo no es el más adecuado para las primeras fases del aprendizaje, donde resulta esencial que el alumno disponga de una información clara y concisa y en el momento y lugar de la realización de la tarea.

miércoles, 1 de abril de 2015

Práctica de iniciación al rugby

¡Hola!. Hoy vamos a dar paso a una actividad ya mencionada anteriormente, el rugby.
A lo largo del curso hemos hablado en clase sobre este deporte y sus distintas modalidades pero no habíamos tenido oportunidad todavía de experimentarlo, aunque sí lo habíamos hecho con el rugby tag.
Como toda actividad nueva, presenta unas características que hicieron que la práctica (orientada a la modalidad de rugby seven) nos resultase extraña al principio. A destacar:
La sensación de reticencia a tirarse al suelo y embarrarse. Esto que parece tan simple, presenta una pequeña barrera psicológica o mejor dicho cultural, ya que desde siempre el hecho de revolcarnos por el suelo y mancharnos la ropa de hierba y barro ha sido algo "prohibidísimo" por nuestros padres, profesores u otros tutores.
La búsqueda de contacto con el rival. España es un país de cultura futbolera y de baloncesto. Por lo tanto, en estos deportes en los que casi cualquier contacto con el jugador rival es considerado una infracción, resulta complicado mentalizarse en ir al choque contra el jugador rival con intención de inmovilizarlo y forzarle así a perder el balón. Lo habitual es la búsqueda directa del balón y no del jugador rival, por tanto se tiende erróneamente a cubrirlo sin tocarlo tratando de cerrar huecos e interceptar el balón de una forma parecida a como se haría en baloncesto, cuando la forma de robar el balón en rugby es cargar (a partir de ahora, placar) al jugador que tiene el balón en su poder tratando de derribarlo o inmovilizarlo. Asímismo, el jugador que posee el balón tiende a quedarse quieto, buscando apoyos por parte de sus compañeros cuando lo que tiene que hacer es intentar escapar de sus rivales y pasar el balón antes de que verse acorralado por éstos.
El bote del balón. Acostumbrados a los balones esféricos, el manejo del balón de rubgy con su forma característica nos resulta un poco complicado, sobretodo cuando cae al suelo, ya que el bote es mucho más impredecible que el de un balón esférico.
En definitiva, esta práctica de familiarización nos ha servido para experimentar sensaciones, rompiendo esas pequeñas barreras de las que hablé al principio y nos ha valido también para entender que el rugby es un deporte de lucha y al mismo tiempo de evasión.
  


Fases del aprendizaje

¡Hola a todos!. Hoy voy a hablar de un tema muy redundante pero siempre interesante: las fases del aprendizaje.
Durante el curso hemos visto un mogollón de veces que todo aprendizaje pasa por muchas fases. Que se deben seguir unas pautas concretas para que ese aprendizaje sea efectivo; que se debe empezar desde un punto de partida más simple hacia puntos más complejos, etc... pues ahora ha llegado el momento de plasmarlo en este blog.
Todo aprendizaje consta de varias fases (a partir de ahora subfases) que se van agrupando hasta formar tres fases generales: iniciación, perfeccionamiento y entrenamiento.

Fase de Iniciación.
Es la fase como su nombre indica, de iniciación en una especialidad. Vamos a poner como ejemplo la natación, porque es el que hemos visto en clase y bajo mi punto de vista, el más adecuado para explicar esta idea por lo completa que es esa actividad a nivel educativo.
En esta fase, crucial en toda actividad, debemos empezar por romper las siempre incómodas barreras psicológicas especialmente cuando tratamos con niños pequeños. La primera en estos casos es romper ese ambiente exclusivamente familiar que envuelve al niño en sus primeros años de vida, es decir, enseñarle a ser un ser social y mostrarle que existe más mundo que su ámbito familiar. La segunda barrera (recordemos que estamos hablando de iniciación a la natación), es la más evidente: hacerle perder el miedo al agua a aquel que lo tenga... o lo contrario, hacerle respetar al agua a aquellos más intrépidos que ignoran los peligros de ésta si no se sabe nadar.
Para esto, existen diversos ejercicios de socialización y familiarización con el agua. Los primeros pasarían por realizar algún tipo de juego incluso antes de acceder a las piscinas, mismamente en los vestuarios (no se descarta la participación de los padres en las primeras sesiones). Los segundos, ya en la piscina, irían encaminados a hacerles perder el miedo al agua a aquellos más reticentes, sin descuidar a los más atrevidos. Podrían ser perfectamente juegos de familiarización con el agua (tirarse agua unos a otros, chapotear en la orilla de la piscina... etc); para ir pasando a juegos más complejos (avanzar unos metros agarrándose a las corcheras...). El siguiente paso sería comenzar a enseñarles aspectos un poco más técnicos, especialmente de flotación y respiración mediante ejercicios sencillos (batidos de piernas de crol agarrados al borde la piscina; sumergir la cabeza unos pocos segundos y sacarla fuera tratando de aguantar cada vez más tiempo... etc). De esta forma los acostumbraremos a perder posibles fobias al agua y a hacerles entender el agua como un medio cada vez menos hostil. El siguiente paso será comenzar a enseñarles la técnica de los diferentes estilos, con ayuda de flotadores, manguitos u otros artilugios que favorezcan la flotación. Notaremos como al principio les cuesta captar la idea de lo que se les propone y la ejecución de las tareas es poco fluida y poco eficiente (gran gasto de energía para escaso rendimiento). No debe preocuparnos como técnicos ya que es lo normal. Otro aspecto a tener en cuenta es que cada alumno es un mundo y la rapidez con la que aprenden muy variada. A medida que vayan mejorando esos movimientos iremos añadiendo dificultades hasta que consigan realizar unos movimientos muy parecidos a lo que nosotros tenemos en mente. En ese momento podemos decir que han superado la fase de iniciación o lo que es lo mismo: ese alumno ha perdido el miedo al agua, y ha aprendido a flotar, respirar y desplazarse por el agua de una forma mínimamente correcta. Es decir: HA APRENDIDO A NADAR.

Fase de Perfeccionamiento.
Es la segunda fase del aprendizaje. Nuestro alumno aprendió a nadar, pero ahora tenemos que enseñarle a nadar bien, orientándolo en la natación hacia una práctica deportiva y no sólo como un ejercicio de supervivencia.
Para ello propondremos una serie de ejercicios en los que lo iniciaremos en la técnica, de una forma muy paulatina y en medios favorables (con ayudas de elementos flotadores o propulsores; ritmo bajo, distancias cortas... etc) y siempre incidiendo en aspectos concretos (mejorar movimiento de piernas, de brazos, más rolido en crol o espalda, tobillos tensos en braza... etc) sin caer en la precipitación de querer hacerle corregirlo todo a la vez. Notaremos como el alumno comienza a experimentar sensaciones (propiocepción) y es capaz de corregir él sólo algunas ejecuciones erróneas. La imagen mental de sí mismo comienza a hacerse más nítida y la corrección de errores ya no depende exclusivamente de las informaciones por parte del técnico, que no obstante seguirán siendo cruciales.
Cuando vemos que el alumno se desenvuelve con soltura, iremos intensificando los ejercicios, añadiendo dificultades de forma progresiva para lograr que el alumno se mueva correctamente en situaciones no sólo favorables, es decir, pasamos a la subfase de iniciación al esfuerzo, antesala de la tercera fase que veremos a continuación.

Fase de entrenamiento.
Es la tercera fase del aprendizaje motor en el que el objetivo principal ya es el rendimiento deportivo. El alumno ya ha mecanizado sus movimientos y ahora debe ser capaz de controlar esa mecanización tanto en situaciones favorables como en situaciones de fatiga tratando de conseguir que en este último caso la eficacia en la ejecución no se resienta, o lo haga muy poco.